martes, 28 de octubre de 2014

ANÁLISIS SEMIÓTICO: CUENTO INVIERNO, HORACIO QUIROGA


Análisis semiótico
Modelo actancial de Greimas
Cuento Invierno de Horacio Quiroga


Estructura general

(S1 n S2) donde S1 representa a “Nébel” y S2 a “Lidia”. El engaño como mediador para revivir un amor obstaculizado pero en ningún momento olvidado.

Secuencia inicial y secuencia final

Descripción de los personajes:

Lidia: joven que a sus veintiséis años vive a merced de las decisiones de su madre, depende totalmente de esta, por lo tanto podríamos decir que toma el papel de “sumisa”, usa la morfina como forma de sobrellevar todos sus fracasos. Vive en la completa miseria.

Nébel: hombre de familia pudiente, con una buena estabilidad económica, enamorado de Lidia y por esta razón es infiel y desleal.

Madre de Lidia: oportunista, ambiciosa, enferma y adicta a la morfina.

La historia desde un principio muestra la necesidad que tienen los personajes de demostrar lo que siente el uno por el otro. Al llegar a la casa de Nébel sucede lo evidente, revive entre estos lo que nunca tuvo vida y muere la madre de Lidia. El autor sitúa a la protagonista en un estado de sumisión, y que, al igual que su madre tiene que recurrir a los demás para poder sobrevivir. A diferencia de Nébel quien es un joven proveniente de familia opulenta, estudiado en el exterior, perteneciente a un hogar estable y con todas las comodidades.

Podemos decir, que el amor que hay entre Nébel y Lidia es un amor puro e inocente, real, dominado siempre por terceros y por ende nunca pudo ser consumado. La obediencia de Lidia hacia su madre es la principal causa de su infelicidad, lo que la llevo a convertirse  en su vil retrato. A nivel semántico podemos ver una relación de dominante versus sumisa, él quien siempre toma las decisiones y ella quien las acata.

Ordenamiento sintáctico
  •    Llegan a la casa de Nébel con el propósito de pasar algunos días, aprovechando la ausencia de su esposa
  •        Al pasar los días, la confabulación de espacio-tiempo-voluntad permite el acercamiento entre estos, quienes ni cortos ni perezosos deciden avivar lo que por mucho fue imposible, su amor.
  •          Muere la madre de Lidia.
  •        Lidia debe marcharse tras el regreso de la esposa y después de darse cuenta que solo fue un simple pasatiempo para él.
  •        Lidia decidida a olvidarlo, deja a Nébel con el peso de su decisión y se marcha para siempre.

La llegada a la casa representa para ella la oportunidad de amarlo sin ningún contratiempo, para él la forma de ser parcialmente feliz: por un lado al fin tendría al amor de su vida, por el otro le seria infiel a su esposa la cual representaba felicidad absoluta. La muerte de la señora enfatiza la posición que tiene Lidia en la vida de Nebel, este en ningún momento estuvo dispuesto a abandonar lo que por mucho años le dio bienestar.

La aparición de una mediación

A pesar de enterarse de que Nébel está casado, Lidia acepta estar unos días en su casa, con la somera esperanza de poder ser feliz. Nébel por su parte decide traicionar a su esposa y experimentar lo que tal vez no volvería a vivir. Es así como la traición se vuelve testigo de un amor que sin importar cuánto tiempo haya pasado  nunca podrá ser formalizado, siempre estará acompañado de obstáculos.

La conjugación espacial

Todo ocurre en la casa de Nébel:
  • La muerte de la madre de Lidia, como acceso libre a la felicidad. 
  • Las noches que pasan juntos, como forma de ser feliz.
  • La adicción a la morfina de Lidia como forma de aliviar el dolor que causa el darse cuenta que no puede vivir junto a Nébel
  • El engaño, como boleto a la felicidad

 La  conjugación amorosa

La belleza de ambos es el motor que impulsa la atracción entre Nébel y Lidia. Con el pasar de los años la apariencia de ambos no es la misma, los recuerdos son los únicos permanentes y son a la vez la base para revivir lo que algún día tuvo espacio en sus vidas. Él como fiel admirador de su perfección y encantado por lo que alguna vez fue, y ella sorprendida por su inmaculada juventud, la que al parecer no había desaparecido a pesar de los años.

El reencuentro como forma de ser feliz y fin de un amor que nunca pudo ser

Para concluir podemos decir que el reencuentro entre Nébel y Lidia es la realización de un amor que fue pero nunca pudo ser y que gracias a su madre tuvo la oportunidad de consolidarse pero a la vez terminarse. Los protagonistas se dan cuenta que una vez más el destino está en su contra no solo por la diferencia que hay entre sus estatus sociales  y el matrimonio de este, sino también por la forma y modo de vivir de ambos pues es evidente que hay desilusión por parte de los dos.


                                        

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