Análisis
semiótico
Modelo actancial de Greimas
Cuento
Invierno de Horacio Quiroga
Estructura
general
(S1
n S2) donde S1 representa a “Nébel” y S2 a “Lidia”. El engaño como mediador
para revivir un amor obstaculizado pero en ningún momento olvidado.
Secuencia
inicial y secuencia final
Descripción
de los personajes:
Lidia:
joven que a sus veintiséis años vive a merced de las decisiones de su madre,
depende totalmente de esta, por lo tanto podríamos decir que toma el papel de
“sumisa”, usa la morfina como forma de sobrellevar todos sus fracasos. Vive en
la completa miseria.
Nébel:
hombre de familia pudiente, con una buena estabilidad económica, enamorado de
Lidia y por esta razón es infiel y desleal.
Madre
de Lidia: oportunista, ambiciosa, enferma y adicta a la morfina.
La
historia desde un principio muestra la necesidad que tienen los personajes de
demostrar lo que siente el uno por el otro. Al llegar a la casa de Nébel sucede
lo evidente, revive entre estos lo que nunca tuvo vida y muere la madre de
Lidia. El autor sitúa a la protagonista en un estado de sumisión, y que, al
igual que su madre tiene que recurrir a los demás para poder sobrevivir. A
diferencia de Nébel quien es un joven proveniente de familia opulenta,
estudiado en el exterior, perteneciente a un hogar estable y con todas las
comodidades.
Podemos
decir, que el amor que hay entre Nébel y Lidia es un amor puro e inocente, real,
dominado siempre por terceros y por ende nunca pudo ser consumado. La
obediencia de Lidia hacia su madre es la principal causa de su infelicidad, lo que
la llevo a convertirse en su vil
retrato. A nivel semántico podemos ver una relación de dominante versus sumisa,
él quien siempre toma las decisiones y ella quien las acata.
Ordenamiento
sintáctico
- Llegan a la casa de Nébel con el propósito de pasar algunos días, aprovechando la ausencia de su esposa
- Al pasar los días, la confabulación de espacio-tiempo-voluntad permite el acercamiento entre estos, quienes ni cortos ni perezosos deciden avivar lo que por mucho fue imposible, su amor.
- Muere la madre de Lidia.
- Lidia debe marcharse tras el regreso de la esposa y después de darse cuenta que solo fue un simple pasatiempo para él.
- Lidia decidida a olvidarlo, deja a Nébel con el peso de su decisión y se marcha para siempre.
La
llegada a la casa representa para ella la oportunidad de amarlo sin ningún
contratiempo, para él la forma de ser parcialmente feliz: por un lado al fin
tendría al amor de su vida, por el otro le seria infiel a su esposa la cual
representaba felicidad absoluta. La muerte de la señora enfatiza la posición
que tiene Lidia en la vida de Nebel, este en ningún momento estuvo dispuesto a
abandonar lo que por mucho años le dio bienestar.
La
aparición de una mediación
A
pesar de enterarse de que Nébel está casado, Lidia acepta estar unos días en su
casa, con la somera esperanza de poder ser feliz. Nébel por su parte decide
traicionar a su esposa y experimentar lo que tal vez no volvería a vivir. Es
así como la traición se vuelve testigo de un amor que sin importar cuánto
tiempo haya pasado nunca podrá ser
formalizado, siempre estará acompañado de obstáculos.
La
conjugación espacial
Todo
ocurre en la casa de Nébel:
- La muerte de la madre de Lidia, como acceso libre a la felicidad.
- Las noches que pasan juntos, como forma de ser feliz.
- La adicción a la morfina de Lidia como forma de aliviar el dolor que causa el darse cuenta que no puede vivir junto a Nébel
- El engaño, como boleto a la felicidad
La
conjugación amorosa
La
belleza de ambos es el motor que impulsa la atracción entre Nébel y Lidia. Con
el pasar de los años la apariencia de ambos no es la misma, los recuerdos son
los únicos permanentes y son a la vez la base para revivir lo que algún día
tuvo espacio en sus vidas. Él como fiel admirador de su perfección y encantado
por lo que alguna vez fue, y ella sorprendida por su inmaculada juventud, la
que al parecer no había desaparecido a pesar de los años.
El
reencuentro como forma de ser feliz y fin de un amor que nunca pudo ser
Para
concluir podemos decir que el reencuentro entre Nébel y Lidia es la realización
de un amor que fue pero nunca pudo ser y que gracias a su madre tuvo la
oportunidad de consolidarse pero a la vez terminarse. Los protagonistas se dan
cuenta que una vez más el destino está en su contra no solo por la diferencia
que hay entre sus estatus sociales y el
matrimonio de este, sino también por la forma y modo de vivir de ambos pues es
evidente que hay desilusión por parte de los dos.